viernes, febrero 09, 2007

1:12 marca el reloj, las ganas de hacer esto irremediablemente, mentiras más mentiras, no puede esconder más mi soledad, ni puede taparle la boca al necesitado de abrazos, besos y caricias por nombrar algo, que quiere gritar Te amo, te necesito, te extraño. Tres años para ser optimista me encuentro así de solo y vacío sin tener contacto mis labios con otros, están secos, cansados, pero ansiosos, esperanzados de poder rozar otros.
Andaba bien, no me hacia falta el cariño de aquella que extraño, ella me enseño a sentir la pasión, me enseño a que el abrazo es el encuentro perfecto para saber decir te necesito, más que un beso, más que una caricia que mas que necesitar, esconde un deseo prematuro, con altas posibilidades de crecer y llenar la relación. Sabíamos los dos eso, aún así nos fuimos por la pasión y el sudor, me enseño el dolor de ser abandonado en el momento menos esperado, me enseño a beber del mismo vaso pero como si fuera una competencia y no un compartimiento, aún así me llevo un hermoso recuerdo de labios húmedos y tibios, en los míos y sus brazos aferrados a mi espalda cuando un día tuvo el error de decir que soy lo más importante, si así es, mentira de adolecentes desesperados por conservar lo que alimenta su dolor ó quizá la verdad, la voz de la soledad no lo se, para cualquier caso, esas palabras fueron el inicio de posicionarme en el centro del mundo ¡Error!
Dejé lo que tenia por buscar lo que quería tras esa figura precoz y esa actitud impredecible, fui a dar detrás de aquella que un día rehusé, pero como son las cosas, ¿Destino? ¿Justicia? no se, pero ahí estaba, buscando un miserable beso día tras día sumando dolores, coleccionando declaraciones, imaginando vencer a la utopía, alejando el cielo del mar. Así la viví a esta mujer de tesoro escondido, de belleza rara, pero se fue de mi casa del amor, de vez en cuando la visita disfrazada, ocultando su autentica realidad: lujuria e impotencia.
¿Y ahora qué? una nueva ilusión un día, tan intensa, tan real, tan mágica y a la vez tan lejana doña dolores, y, yo soy lo que ella es y no se equivocó ni el notario ni el papel.
Confusos son mis días, el día que desnude mi alma, lo libere de los trapos de miedo, complejos e ilusiones egocéntricas, quizá encuentre donde desbocar el océano furioso que he creado.

No hay comentarios.: